Life Hacks

“Life hacks»: píldoras ingeniosas llenas de talento

¿Has oído hablar de los “life hacks”? Aunque tu respuesta sea no, es más que probable que ya hayas visto unos cuantos. Un “life hackes un formato de video muy usado en las redes sociales que muestra trucos caseros que te hacen la vida más fácil. En este artículo vamos a conocer un poco más sobre este formato tan original como adictivo.

 

Life hacks: soluciones ingeniosas para problemas cotidianos

Los «life hacks” ofrecen soluciones ingeniosas para resolver problemas a muy bajo coste. Esos problemas pueden ser tan variados como, por ejemplo, eliminar los anuncios de los juegos gratuitos, aliviar un dolor de cabeza con un remedio natural, freír un huevo sin que se parta la yema o cortar un pastel con hilo dental. Son consejos cortos, muy fáciles de implementar y que ahorran tiempo, dinero y esfuerzo. Además de en formato vídeo, a menudo los “life hacks” también se comparten en imágenes o textos, y abarcan una amplia gama de áreas, desde la organización y la productividad, hasta la cocina y el cuidado personal.

Uno de los rasgos más atractivos de los “life hacks” es su naturaleza práctica y accesible. La mayoría de las veces se basan en el uso ingenioso de objetos cotidianos o en la simplificación de tareas complicadas. Por ejemplo, un “life hack” puede sugerir usar una cuchara para quitar con facilidad las semillas de una calabaza o utilizar una pinza de ropa para sujetar un clavo al martillear, evitando de esta forma golpearse los dedos. Estos consejos breves y sencillos pueden resultar increíblemente útiles y ahorran tiempo y mucha frustración a quienes los implementan.

 

Life hacks: creatividad al poder

El formato de los «life hacks» se presta especialmente bien para compartir en las redes sociales, donde suelen ser presentados de manera visual y concisa. Las imágenes y los videos que acompañan a los «life hacks» permiten una comprensión rápida y sencilla, y se han convertido en contenido popular en plataformas como Instagram, TikTok y Pinterest. Además, suelen viralizarse rápidamente, ya que la gente encuentra satisfacción en descubrir nuevas formas de mejorar su vida diaria y tiende a compartir estos consejos con amigos y seguidores.

 

 

Otra característica interesante de los «life hacks» es su capacidad para fomentar la creatividad y el pensamiento lateral. Al presentar soluciones no convencionales a problemas comunes, los «life hacks» desafían nuestra forma de pensar y nos inspiran para encontrar nuevas formas de abordar situaciones cotidianas. Además pueden abrir nuestra mente a diferentes posibilidades y fomentan la búsqueda de soluciones innovadoras en otros aspectos de nuestra vida.

Si bien muchos «life hacks» son efectivos y útiles, no todos pueden ser aplicables en todas las situaciones o funcionar de la misma manera para todas las personas. Algunos consejos pueden requerir ciertas condiciones o la necesidad de utilizar recursos específicos, y lo que funciona para una persona puede no ser efectivo para otra. Por lo tanto, es recomendable evaluar cuidadosamente los «life hacks» antes de implementarlos y adaptarlos según las necesidades individuales.

 

Cómo integrar los life hacks en tu estrategia de marketing digital

Muchas empresas y ONGs pueden integrar los “life hacks» en su estrategia de contenidos. Sobre todo aquellas que puedan ofrecer a sus seguidores soluciones prácticas que les permitan resolver problemas de la vida cotidiana. Por ejemplo, una floristería puede mostrar consejos originales para cuidar las plantas. O un centro especial de empleo puede ofrecer consejos prácticos para triunfar en una entrevista de trabajo.

El formato de los “life hacks» es muy atractivo y será muy bien recibido por tus seguidores. La filosofía de los “life hacks” puede inspirarte para diseñar tu estrategia de contenidos, aunque no muestres al pie de la letra consejos prácticos para la vida cotidiana. Además, los “life hacks” refrescarán tu comunicación y podrás atraer a una audiencia más joven.

El formato de los «life hacks» ha ganado popularidad debido a su naturaleza práctica, su accesibilidad y su capacidad para simplificar la vida diaria. Estos consejos ingeniosos y fáciles de implementar ofrecen soluciones rápidas a problemas comunes y fomentan la creatividad y el pensamiento lateral. Si bien es importante tener en cuenta que no todos los «life hacks» son universalmente aplicables.

Comunicación única

Si tú eres únic@, ¿por qué tu comunicación no lo es?

Este año Materiagris cumple treinta años. Si hoy me preguntases cuál es el rasgo que más han apreciado nuestros clientes a lo largo de este tiempo, mi respuesta sería inmediata: la personalización. Dicho de otra manera, a nadie le gusta que le traten como a un número. ¿O a ti sí?

¿Publicidad al peso? No, gracias

¿Crees que una aplicación de inteligencia artificial acabará escribiendo los artículos de tu blog? Yo espero que no. Por mucho que la tecnología se haya vuelto omnipresente, la comunicación no puede convertirse en una conversación entre robots.
Sin embargo a veces, cuando hablamos de marketing digital, nos sentimos atraídos por la idea de que un determinado algoritmo o una fórmula infalible nos va a aportar una solución mágica para vender más productos, si somos una empresa, o captar más donaciones, si somos una ONG. Me temo que el marketing digital no tiene ese poder.
Por suerte, nuestros clientes ya se han dado cuenta. Tras un período de readaptación han comprendido que por encima de la tecnología, las redes sociales o el SEO, siempre hace falta una buena idea, un mensaje claro y sencillo que conecte con las audiencias.
Tú eres únic@, tu empresa u ONG es única. Por eso tu comunicación también debe ser única. Tu estrategia de comunicación no puede ser un “copia y pega” de otras estrategias. Tu marca, tu producto y tu audiencia son únicos, por eso requieren un mensaje singular, exclusivo.
La comunicación debe empezar siempre con una buena idea. De eso trata la publicidad. Sin una buena idea, sin un concepto creativo, no hay algoritmo que valga.

 

Comunicación única

En el nombre de Google, del SEO y de la Tecnología

Cuando la llegada de Internet lo cambió todo, saludamos al marketing digital como el nuevo maná. El marketing digital se convirtió pronto en el canal que todos debíamos utilizar para lanzar nuestros mensajes. Era imposible no estar ahí. Irrumpieron nuevos perfiles profesionales, nuevos procesos, nuevas herramientas. Google, Twitter o WhatsApp se convirtieron en los nuevos CNN, The New York Times o BBC. Todo cambió. Y en ese nuevo contexto sólo quedaban dos opciones: renovarse o morir.
En aquellos tiempos el marketing digital se erigió en el faro que nos indicaba el camino a seguir. Y todos iniciamos una nueva andadura sin saber muy bien hacia dónde nos iba a conducir. Recuerdo a clientes que nos comentaban: “queremos tener redes sociales, no sabemos muy bien para qué, pero queremos estar ahí” o “queremos que conviertas nuestro folleto en una página web”.

 

Comunicación única

Aquellos inicios fueron tan inciertos como apasionantes. Y casi sin darnos cuenta, de repente la tecnología se hizo omnipresente en nuestras vidas. En un principio, ese culto a la tecnología arrinconó la creatividad hasta llevarla a un lugar secundario. Sin embargo numerosas señales me están demostrando que esa situación está cambiando. La creatividad vuelve a ocupar el lugar que se merece. Las empresas y las ONG vuelven a darse cuenta de que nada es tan poderoso como una buena idea.

 

Comunicación única

Puedes tener el coche que quieras, siempre y cuando sea negro

Algunas prácticas del marketing digital me recuerdan la famosa frase de Henry Ford. Para mí el fordismo no tiene cabida en las agencias de publicidad. Personalmente considero la publicidad más un proceso artesanal que un proceso industrial. Me encanta la tecnología, no lo voy a negar, pero sé que ni mi Mac ni mi iPhone van a pensar por mí. Las herramientas, sean un lápiz o la última versión de Photoshop, están siempre al servicio de nuestra creatividad. Comunicar requiere talento, empatía e imaginación. Competencias que a día de hoy son 100% humanas.

 

Comunicación única

Las campañas no surgen pulsando un botón, no se activan poniendo en marcha unos procedimientos estandarizados que se aplican a todos los clientes por igual, se trate de lanzar un nuevo champú o de captar donaciones para los afectados por un terremoto. Cada cliente, cada producto, cada audiencia, requieren una solución a medida, personalizada, sin copia y pega. Precisamente por eso la publicidad me parece una profesión tan apasionante.

 

¿Tendría hoy Sócrates un canal de TikTok?

¿Tendría hoy Sócrates un canal de TikTok?

Sócrates es uno de los filósofos más trascendentales de la Historia. Después de 2.500 años de su muerte, sus ideas aún siguen siendo un pilar fundamental del pensamiento de Occidente. ¿O no te suena aquello de “Sólo sé que no sé nada”? Sin embargo, a diferencia de su discípulo Platón o del mismísimo Aristóteles, Sócrates no nos dejó ninguna obra escrita.Aunque hoy nos parezca mentira, Sócrates transmitió todas sus enseñanzas a través de sus conversaciones.

 

El poder de las conversaciones en la era de Internet 

4.000 años después de la existencia de Sócrates, en el año 2.000, un libro revolucionó el mundo del marketing. Se llamaba “El Manifiesto Cluetrain” y empezaba así: “Los mercados son conversaciones”. Aquella frase – la primera de las 95 tesis que conformaban el libro – marcó un antes y un después en el sector del marketing y nos obligó a todos los profesionales a reinventarnos. Los autores – Fredrick Levine, Christopher Locke, Doc Searls y David Weinberger – afirmaban que Internet era un medio de comunicación totalmente diferente y que iba a desencadenar un cambio de era. ¿La razón? A diferencia de la TV, la radio o la prensa, Internet permitía a las personas mantener conversaciones “de humano a humano”.

Como es lógico, ante un cambio de tal magnitud, las reacciones fueron diversas. Hubo quien le restó importancia a esta irrupción y siguió utilizando los métodos de siempre. Craso error. Si no te adaptas a los cambios, estás perdido. Si no, que se lo pregunten a Darwin. Esa fue la causa del cierre de tantas y tantas agencias de publicidad cuyos nombres ahora ni recordamos. También hubo empresas que menospreciaron el poder que Internet otorgaba a los consumidores y no escucharon sus quejas o sugerencias a través de las redes sociales. Muchas lo pagaron caro con graves crisis reputacionales, pero claro en aquellos tiempos esta expresión ni siquiera existía. Todo el mundo quería contratar a un community manager pero nadie sabía muy bien para qué. Y también hubo quien se subió rápidamente al carro sin saber dónde estaba el volante, aunque tuviera que invertir indecentes cantidades de dinero. Surgían empresas como setas, que a los pocos mesas o desaparecían o eran absorbidas por otras compañías más grandes, convirtiendo en millonarios a sus imberbes fundadores. ¿Alguien se acuerda de Terra, Netscape o Napster?

Aquellos primeros años del siglo XXI fueron ciertamente años de confusión e incertidumbre. Estaba muriendo el push marketing y estábamos asistiendo al nacimiento del pull marketing

 

¿Hay algo más persuasivo que la voz humana?

Si hoy Sócrates se paseara por las calles de Atenas, seguramente se sorprendería al ver a tantas personas entregadas a ese artefacto llamado móvil. Mientras recorriese las ruinas del ágora que aún quedan en pie, buscaría a algún ateniense con quien conversar. Pero seguramente, entre la marabunta de turistas, a Sócrates le costaría encontrar a alguien que no estuviera muy ocupado haciéndose selfies o enviando whatsapps. Pero si uno de nuestros móviles cayera en sus manos, Sócrates alucinaría con sus innumerables posibilidades.

¿Qué pasaría cuando Sócrates descubriera todo el potencial que esconde, por ejemplo, TikTok? Sócrates podría transmitir sus enseñanzas a sus discípulos en vídeos cortos en bucle y su audiencia se contaría por millones. Para Sócrates, a quien ha quedado patente que no le gustaba escribir, TikTok sería sin duda una herramienta muy eficaz. Su capacidad de persuadir con la palabra se multiplicaría exponencialmente y sus ideas recorrerían el planeta en tan sólo unos segundos.

TikTok es una prueba que demuestra que en la sociedad actual la lectura ha dejado de ser la principal fuente de conocimiento y la oralidad ha sustituido a la escritura. Hoy hay más gente aprendiendo filosofía en portales de contenido y en canales de YouTube que dentro de las universidades. Por eso hoy Sócrates se sentiría como pez en el agua.

Si aún no has integrado TikTok en tu estrategia de Social Media puede que estés perdiendo una gran oportunidad. Pero aún estás a tiempo. Rectificar es de sabios.

7 campañas publicitarias de ONGs difíciles de olvidar

Realizar una selección siempre es una tarea muy subjetiva. En Materiagris hemos desempolvado de la historia 7 campañas realizadas por ONGs que por su originalidad y su trascendencia han escrito páginas memorables de la historia de la publicidad.

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¿El SEO está matando la creatividad?

El SEO, ese conjunto de técnicas que utilizamos para aumentar la visibilidad de un sitio web con el objetivo de incrementar el número de visitas, ha pasado de ser un completo desconocido para muchos anunciantes a convertirse en el santo grial de la publicidad. Sin embargo no son pocos los que se preguntan si ese poder omnímodo no es exagerado. Los que venimos de la rama de la creatividad nos sentimos cada día más condicionados por el peso de las imposiciones del SEO. Yo al menos me siento así. “Escribe utilizando estas palabras”, “no utilices estas otras”, “repite más veces esta palabra”, “empieza el texto utilizando esta otra palabra”, “alarga la extensión del texto”, “utiliza frases más cortas”… El algoritmo de Google, esa especie de Gran Hermano Digital que todo lo ve y que todo lo sabe, es quien determina lo que tienes que escribir y cómo debes escribirlo. Este nuevo escenario dominado por el gigante de Mountain View nos uniforma a todos hasta el punto de que parece que muchos textos estén escritos por la misma persona. La misma estructura, la misma extensión, el mismo estilo, todo se repite.

 

 

Qué queréis que os diga. Echo de menos los tiempos en los que no se hablaba de contenido, sino de creatividad. En aquellos tiempos la creatividad era el centro de toda actividad publicitaria. Eran las ideas las que diferenciaban a unas marcas de otras, las que llamaban la atención de los consumidores, las que despertaban su interés, las que les hacían desear algo con todas sus fuerzas, y las que les empujaban a dar el paso deseado. Ahora parece que todo depende de la cantidad de palabras que utilices, aunque luego no se lean; o del peso de las imágenes, o de la hora en que publiques o de la frecuencia de tus publicaciones. Aunque lo que publiques no sea especialmente interesante ni esté demasiado bien escrito.

 

 

Los clientes quieren todo bueno, bonito y barato. Y lo quieren ya.

Como consecuencia de esta situación, los clientes están configurando en sus mentes un modelo mecanicista de la publicidad que infravalora el poder de la creatividad y cede el protagonismo a las matemáticas. “Si invierto tanto dinero, publico tantos contenidos en redes sociales, y obtengo tantos enlaces externos, obtendré tantos leads, tantos seguidores y tantas visitas a mi web, que se traducirán en tantas peticiones de presupuestos, que al final me traerán tantas ventas”. Pura lógica. Pero por desgracia la publicidad no se basa en la lógica. Porque los consumidores no somos robots, de momento seguimos siendo seres humanos.

Los clientes se alarman cuando ven que sus competidores les adelantan en el orden de los resultados de Google. Inmediatamente llaman a la agencia para pedir explicaciones y les exigen “más madera” para revertir la situación. Y la agencia suele ponerse a incrementar el número de publicaciones, el número de contenidos y el número de palabras, en busca de más seguidores, más participación y más visitas a la web.

Que no se me malinterprete. No estoy diciendo que el SEO no sea importante, por supuesto que lo es. Y mucho. Yo mismo estoy teniendo en cuenta criterios SEO mientras escribo este post. Pero el SEO no es lo único. Y por supuesto no es infalible. Creo que el SEO es una pieza más del ecosistema de la publicidad, con la misma importancia que la creatividad, el contenido, el email marketing, las redes sociales o las campañas de Paid. Todas las áreas deben trabajar al servicio de un objetivo común – la captación de clientes – pero ninguna debe estar por encima de las demás, arrinconando al resto.

 

 

¿Cristiano Ronaldo piensa en el SEO cuando publica una foto en Twitter?

Siempre me hago la misma pregunta. ¿Y Kate Perry piensa en el SEO? ¿O Barack Obama? ¿O Justin Bieber? ¿O Lady Gaga? Ninguno de ellos me parece a primera vista un experto en SEO, y el que menos tiene más de 70 millones de followers. ¿Cómo han logrado entonces esos ejércitos de seguidores?

Antes los departamentos creativos de las agencias de publicidad estaban llenos de gente con pinta de músicos, pintores o estrellas del rock. Ahora las agencias de publicidad parecen estar llenas de ingenieros, financieros o informáticos. Cuando yo empezaba a dar mis primeros pasos en la profesión, los directores de arte sabían dibujar y muchos redactores – yo el primero – soñábamos con ser guionistas de cine. Ahora, parafraseando la novela de Phillip K. Dick, los creativos sueñan con ovejas eléctricas.

Sin embargo, al igual que la vida tras un desastre natural, la creatividad siempre se abre paso. Quizás porque en el fondo la vida sea precisamente eso, creatividad. Imparto clases de Creatividad Publicitaria en Aula Creactiva y en las últimas promociones se está repitiendo con cada vez más frecuencia un perfil de alumno que me llama la atención. Se trata de profesionales que trabajan en agencias de marketing digital y que vienen en busca de creatividad. Son diseñadores gráficos, redactores y creativos “todo terreno” que necesitan desengrasar sus neuronas para ser capaces de generar ideas más creativas. Algunos de ellos incluso no vienen por iniciativa propia, vienen empujados por sus propias agencias. ¿Estaremos asistiendo a un renacer de la creatividad? Me parecería una gran idea.

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