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Meditación y Publicidad

La publicidad es una profesión que exige encontrar ideas originales y además en un tiempo récord. Esa búsqueda constante de ideas provoca en muchos publicitarios una tensión emocional que acaba derivando en estrés y ansiedad. Además el estrés prolongado debilita el sistema inmunológico y puede acabar provocando enfermedades que causan dolores musculares o trastornos digestivos, como gastritis, úlceras y colon irritable.

La meditación ha empezado a convertirse en una práctica habitual para muchos directivos y profesionales, especialmente en países como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania o Suecia. Y el sector de la publicidad no es una excepción. 

Algunos creativos publicitarios, atraídos por los beneficios que a la meditación le atribuyen cada vez más estudios científicos, han empezado a introducir la meditación en su rutina diaria. En algunos casos se trata de una iniciativa personal pero en otros casos son sus propios médicos los que les recomiendan la meditación como tratamiento para combatir el estrés. 

Los dos objetivos principales de la meditación son liberar la mente y vivir con conciencia plena. En otras palabras, “liberar la mente” significa aprender a no ser esclavo de nuestros pensamientos (el 90% son inútiles o negativos y la mayoría de las situaciones que nos preocupan jamás llegan a suceder); y “vivir con conciencia plena” significa vivir con atención cada momento presente, sin pensar en el pasado o en el futuro, que no dejan de ser dos construcciones mentales que en realidad no existen.

Cuando una persona empieza a meditar comprueba enseguida que no es una práctica fácil. Un cerebro estresado es un cerebro pasado de vueltas y la mente no deja de hacer ruido impidiendo conectar con el silencio y la calma interior. 

Por eso lo primero que deben aprender los principiantes es a frenar, deben aparcar por unos momentos sus preocupaciones para conectar con su interior más profundo. Sin juzgar, sin expectativas, entregándose a la experiencia, concentrándose en el “aquí y ahora”. 

Aunque al principio ese paréntesis sólo dure unos segundos, la mente empieza a calmarse y los efectos sobre el organismo empiezan pronto a manifestarse. Al cabo de tres semanas la persona empieza a sentirse más atenta, más despierta, más alegre, más serena y más vital; aborda los problemas de una forma más eficaz, distingue con más claridad lo importante de lo irrelevante y aumenta su productividad.

Ese nuevo estado interior produce además numerosos beneficios físicos: disminuye la presión arterial, previene la hipertensión, ayuda a dormir mejor y elimina los dolores musculares. 

Para los creativos publicitarios la meditación además produce un beneficio muy específico: desarrolla el pensamiento creativo. Abrirse a los niveles inconscientes de la mente acerca al meditador a pensamientos más profundos y originales.