Predecir cómo será la publicidad en el futuro es un objetivo tan inútil como intentar vaciar el agua del océano con un dedal. ¿La razón? Todas las predicciones se basan en los patrones sociales, culturales y tecnológicos existentes en el momento de la predicción. El futuro distópico de la novela “1984”, por ejemplo, fue imaginado por George Orwell entre los años 1947 y 1948. En aquellos años el comunismo soviético y el nazismo alemán eran dos referentes políticos que estaban muy presentes en Europa. El futuro descrito por Orwell está impregnado de esos dos modelos y, aunque podemos reconocer ciertas similitudes entre la sociedad descrita en la novela y la sociedad real del año 1984, lo cierto es que son muchas más las diferencias.
Esta tesis no es nuestra, la defiende el historiador Yuval Noah Harari. Según el autor de los famosos best-sellers “Sapiens” y “Homo Deus”, todas las predicciones están condicionadas por el momento en que se realizan y ese marco no permite prever numerosos aspectos. ¿Otro ejemplo? En la película “Blade Runner”, basada en la novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” escrita en 1968 por Phillip K. Dick y situada en el año 1992 (2021 en algunas ediciones más recientes) pueden verse coches voladores, pero no hay ni rastro de Internet ni de los móviles. En 1968 las autopistas empezaban a llenarse de automóviles, pero los ordenadores personales aún no se vendían en las tiendas y los teléfonos móviles aún no se habían inventado. ¿Cómo iba a imaginarse Phillip K. Dick, criado en Chicago y afincado en California durante muchos años, que en el mundo entregado al dios automóvil donde vivía, Internet y los móviles iban a marcar nuestras vidas en el futuro?
Además hoy en día los avances tecnológicos y científicos se suceden a tal velocidad que los cambios son constantes, lo que dificulta aún más el acierto en las predicciones.
De ahí la expresión “el futuro del pasado”, porque en el momento presente todo pronóstico realizado anteriormente siempre estuvo marcado por el pasado y es sólo eso, cosa del pasado.
La publicidad no es una excepción. ¿Quién podía imaginarse en los años 80 que el aerógrafo iba a ser sustituido por algo llamado “Photoshop”? ¿O que los periódicos iban a leerse en el teléfono? ¿O que un adolescente de Seattle iba a tener más audiencia que la CNN?
Entonces, ¿Cómo será la publicidad del futuro? Evidentemente no nos vamos a atrever nosotros a realizar ninguna predicción, pero dados los antecedentes, ¿quién puede asegurar que seguirán existiendo los móviles o los ordenadores? ¿Sobrevivirán muchos años Google o Instagram o caerán algún día en el olvido como les ocurrió a gigantes como Kodak o Nokia? Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, ¿quién podía pensar que iban a extinguirse? Y sucedió.
Lo que sí nos atrevemos a predecir, y esto no tiene ningún mérito, es que siempre existirán un anunciante, un mensaje, un medio y un destinatario. ¿O no?
Fotos: Andreas Kind – Brannon Naito – Alex Iby
Director Creativo de Materiagris. Especialista en Publicidad y Storytelling para empresas con impacto social. También soy profesor de Creatividad Publicitaria y Copy en Aula Creactiva. Me encanta viajar, escuchar y soñar. Creo que la publicidad puede ser un gran generador de cambios para mejorar el mundo. Linkedin